Los que me conocen, saben que desde hace 5 años voy a terapia. No siempre fuí a donde el mismo psicólogo, pero en últimas siempre estuve trabajando lo mismo: cómo aceptarme a mí mismo así, con microtia y todo.
La primera psicóloga que vi, era una psicóloga con la que trabajé varios asuntos relacionados con mi familia, con el estudio y con la microtia. Con ella nos enfocábamos en las cosas que "iban mal" en mi vida. Terminé por tomar la decisión de no volver, porque ni ella ni yo logramos encontrarle solución a ninguna.
Luego fuí a donde otra, con la que tenía una muy buena relación. También trabajamos sobre mi familia y sobre la microtia, otra vez mirando haber qué era lo que "iba mal" y cómo lo podríamos corregir. Pero también paré, porque me di cuenta que una de las cosas que iba mal en la terapia, era ella.
Más adelante, fui a donde otra psicóloga que también le dio mucha importancia a lo que "iba mal". Tanta, que al final cuando iba a terapia sentía que salía peor y ya no me veía a mi mismo como Alejo Vega, sino como Alejo "el de la oreja pequeña" Vega.
Así que también paré.
Para ese momento hasta yo mismo estaba convencido de que era un inconstante, y de que estaba genéticamente programado para no ser capaz de tener un proceso terpéutico estable con un psicólogo.
Pero por cosas de la vida me encontré con una psicóloga diferente. Cuando llegué, llegué hablando de lo que "iba mal" en mi vida, porque pensaba que eso era lo que uno hacía en terapia. Pues me llevé una gran sorpresa cuando ella hizo todo eso a un lado y empezó a enfocarse en lo que "iba bien".
Y esa fue la solución. Había estado tan enfocado en la microtia en todos los procesos que había llevado con otros psicólogos, que ya parecía que mi vida giraba en torno a eso. Es más, parecía que si no tuviera microtia no hubiera nada más en mi vida que valiera la pena conversar.
Con esta última psicóloga, me di cuenta que yo era mucho más que una oreja chiquita y fui capaz de ver más allá de mis "defectos". Tanto fue, que terminé motilándome y haciendo todo lo que hago ahora.
Yo sé que algunos de los que leen el blog no son psicólogos, pero escribí este post porque creo que el problema de enfocarse en lo que "va mal", no es sólo un problema de la terapia psicológica. La mayoría, en nuestra vida cotidiana, nos enfocamos sólo en eso. Pensamos en el trabajo que no conseguimos, en la familia que no tenemos, en los defectos que no podemos esconder, y esas cosas se vuelven tan centrales en nuestra vida, que desdibujan el resto... Yo conozco a Natalia "la más gorda de todas" Ramírez, a Juan "el que lo echan todas las novias" Mejía y a Camila "la que se mantiene sin un peso" Ochoa, y cada uno de ellos parece que no pudiera exisitir si se le acabara su "problemita".
Yo creo que si uno se enfocara realmente en los aspectos positivos de uno mismo, los problemas no desaparecerían por arte de magia, pero definitivamente uno si tendría la percepción de que vale lo suficiente como ser humano, como para hacer un intento serio por superar las dificultades que se le presenten.