Si tener microtia es de personas valientes, por qué todavía le tengo miedo a los pájaros?

Últimamente me han felicitado muchas veces. Tantas, que a veces se me suben a la cabeza y por un momento me da lástima de los pobres mortales que no tienen microtia...

Hay personas que me dicen que nunca tendrían tanto coraje como yo, o que no imaginan como hice para sobrellevar algo tan difícil. Otros me dicen que me admiran por lo que he hecho, que ellos no serían capaces y que probablemente ya soy el ser humano más feliz del planeta.

Pues la verdad nada de eso es tan cierto. Todavía me genera ansiedad la microtia, sobretodo en la universidad, y aunque me quiero y me respeto como soy, no puedo negar que hay días en los que me levanto y me gustaría sacar una oreja del bolsillo y pegármela... (Hey! por cierto me regalaron un llavero que es una oreja de plástico roja y puedo sacarla del bolsillo!!! Lástima que no pega y que mi piel no es roja, pero igual es mucho cuento, porque últimamente ando por el mundo con dos orejas aunque nadie se dé cuenta...)

El punto es que ni soy tan realizado, ni me volví más valiente. Todavía me dan miedo los perros, los insectos voladores, las culebras, los murciélagos y cualquier tipo de pájaro que vuele cerquita de mí, y me mareo cuando veo sangre. También me da susto que me gradúe y no consiga trabajo y de vez en cuando lloro cuando veo una película y se muere el protagonista.

Creo que llegar a la autoaceptación es un proceso que nunca se acaba, y también es algo que cualquier persona puede hacer. Lo que pasa es que se nos ocurre a los que somos diferentes, casi porque nos toca a la fuerza hacerlo.

Por lo general la mayoría de personas se pasan su vida quejándose de los blancas, negras, altas, flacas, llenas de pecas, canas o gorditos que son, y no se preocupan por quererse a sí mismas y aceptarse con sus diferencias.

Qué lástima que muchas veces sea necesario ser diferente, para darse cuenta de que somos iguales.

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